tag:blogger.com,1999:blog-90095672024-02-27T20:44:34.345-08:00literarialaberintoRamón de la Cruzhttp://www.blogger.com/profile/10364621966214671083noreply@blogger.comBlogger39125tag:blogger.com,1999:blog-9009567.post-92158969931483832252018-10-26T11:52:00.001-07:002018-10-26T11:52:20.070-07:00<span style="color: red; font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Este es el resultado de mis escritos que ahora comparto con ustedes. </span><div>
<span style="color: red; font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">El ámbito de las luciérnagas, es mi primer poemario, editado por Et.Al Contenidos, bajo la dirección de Adriana Bernal.</span></div>
<div>
<span style="color: red; font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Aquí los sitios donde pueden comprar y descargar el libro.</span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiDGU79Zgjcx5KQaQKOOhSfljiXXoO1GoLlapGHYVabX46Mw_TAz3WzI0y12kGm_EBlCtq30tJKIZ6y0FLWfb9vLGExz5AiTU7ENlXihWshnigunOzXwJHGZVxFfqbgh3aqs4PM4Q/s1600/Diapositiva1.jpeg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="720" data-original-width="720" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiDGU79Zgjcx5KQaQKOOhSfljiXXoO1GoLlapGHYVabX46Mw_TAz3WzI0y12kGm_EBlCtq30tJKIZ6y0FLWfb9vLGExz5AiTU7ENlXihWshnigunOzXwJHGZVxFfqbgh3aqs4PM4Q/s320/Diapositiva1.jpeg" width="320" /></a></div>
<div>
<br /></div>
Ramón de la Cruzhttp://www.blogger.com/profile/10364621966214671083noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-9009567.post-89516116452244373212012-05-15T19:45:00.000-07:002012-05-15T19:45:15.742-07:00Otro adiós; buen viaje hacia tu Valiente Mundo Nuevo<span style="font-size: large;">Hoy murió Carlos Fuentes.</span><br />
<span style="font-size: large;">Al hablar de él, solamente puedo decir que quizá haya sido el primer autor que empecé a leer íntegro.</span><br />
<span style="font-size: large;">Recuerdo que el primer libro que conseguí de Fuentes, fue una recopilación de sus cuentos, realizada por Alianza Editorial. Cuerpos y Ofrendas, era el título del tomo.</span><br />
<span style="font-size: large;">Ahí, puestos a la disposición de quien quisiera leerlos, se juntaban los relatos de "Los días enmascarados", "Aura", "Cumpleaños", y varios relatos más.</span><br />
<span style="font-size: large;">Leer "Chac Mool" fue una epifanía, una revelación.</span><br />
<span style="font-size: large;">Después de eso, todo fue conseguir <u>La región más transparente</u>, <u>La muerte de Artemio Cruz</u>, y algunas otras novelas. </span><br />
<span style="font-size: large;">Sin embargo, fue el Carlos Fuentes ensayista quién me conquistó por completo.</span><br />
<span style="font-size: large;">No sólo me hizo claro eso que llamamos novela, sino que me reveló, por completo, el continente novelístico hispanoamericano, con García Márquez, Onetti (Onetti, carajo), Vargas Llosa, y otros hallazgos que me han marcado, si no como escritor, sí como lector.</span><br />
<span style="font-size: large;">Recordar su apasionada defensa del español, su quijotismo y sobre todo su inteligencia universalista, son elementos que me permiten ofrecer este breve homenaje.</span><br />
<span style="font-size: large;">Como sucede, con el tiempo se fueron dando otros hallazgos, siempre orientados por esas primeras lecturas, y comencé a retirarme de la obra de Fuentes, incluso a estar en desacuerdo en algunas ocasiones con sus libros.</span><br />
<span style="font-size: large;">Sin embargo, vaya para usted maestro un sentido hasta luego, que gracias a usted pude adentrarme en este universo que se llama literatura.</span><br />
<span style="font-size: large;">Buen viaje.</span>Ramón de la Cruzhttp://www.blogger.com/profile/10364621966214671083noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-9009567.post-23085238359466628102011-11-04T18:06:00.000-07:002011-11-04T18:09:14.212-07:00Apuntes de un viajero que jamás salió de casa, en Palabra Abierta<span class="Apple-style-span" >http://palabrabierta.com/2011/apuntes-de-un-viajero-que-jamas-salio-de-casa/</span>Ramón de la Cruzhttp://www.blogger.com/profile/10364621966214671083noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-9009567.post-60447215704224368962011-06-15T10:29:00.000-07:002011-06-15T10:30:41.960-07:00Algo de lo que ya ha encontrado páginas<a href="http://hispanicla.com/palabra/admonicion-al-peregrino-5973">http://hispanicla.com/palabra/admonicion-al-peregrino-5973</a>Ramón de la Cruzhttp://www.blogger.com/profile/10364621966214671083noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-9009567.post-64965565344941359782010-06-18T08:43:00.000-07:002010-06-18T09:14:53.660-07:00"Estamos hundidos en la mierda del mundo...."<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh2bSD3UUhQYSAb778UZRxpegtcH4HIpHa-gg-mFDfKIgIpSHmHPMg9C1uC7Z36pzVPkN_BU8Sb7u7ODSNEXuD_Z6kXpVeuWG4JITS88bQ6LvnQLSMbtySRIAqP5ZtlB-B4pRfTCg/s1600/DSC00458%5B1%5D.JPG"><img style="MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 400px; FLOAT: left; HEIGHT: 300px; CURSOR: hand" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5484146797729174226" border="0" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh2bSD3UUhQYSAb778UZRxpegtcH4HIpHa-gg-mFDfKIgIpSHmHPMg9C1uC7Z36pzVPkN_BU8Sb7u7ODSNEXuD_Z6kXpVeuWG4JITS88bQ6LvnQLSMbtySRIAqP5ZtlB-B4pRfTCg/s400/DSC00458%5B1%5D.JPG" /></a><br /><div align="justify"><span style="font-size:130%;color:#cc0000;">Hoy retomo mi blog para escribir que la tristeza es enorme.</span></div><br /><div align="justify"><span style="font-size:130%;color:#cc0000;">Comienza la temporada aciaga, ésa que no se cansa de llegar cada año, apenas se asoma el mes de julio. </span></div><br /><div align="justify"><span style="font-size:130%;color:#cc0000;">Esta vez me llegó mucho antes.</span></div><br /><div align="justify"><span style="font-size:130%;color:#cc0000;">Hoy murió Saramago.</span></div><br /><div align="justify"><span style="font-size:130%;color:#cc0000;">Seguramente se escribirán muchas páginas acerca de su obra, de la importancia de su obra, de su actitud indomable ante el gran horror del mundo que nos ha tocado en suerte.</span></div><br /><div align="justify"><span style="font-size:130%;color:#cc0000;">Por mí que se escriban, por mí que presuman de la erudición de una obra infinita. Pocas son, y muchos son los que presumen de conocerlas.</span></div><br /><div align="justify"><span style="font-size:130%;color:#cc0000;">Hoy sólo quiero compartir mi humilde anécdota, de cómo estuve, por unos segundos, frente a él.</span></div><br /><div align="justify"><span style="font-size:130%;color:#cc0000;">Era 2003, y yo estaba acompañando a David Toscana a su ronda de entrevistas. Ese día nos tocaba ir a la estación de radio W FM, con Javier Aranda.</span></div><br /><div align="justify"><span style="font-size:130%;color:#cc0000;">Al llegar no pudimos dejar de notar que frente a la cabina principal había una aglomeración; los reporteros y editores de la redacción veían y cuchicheaban alegremente.</span></div><br /><div align="justify"><span style="font-size:130%;color:#cc0000;">El motivo era que Saramago estaba en entrevista con Carmen Aristégui. El Toscana y yo, resignados, seguimos hasta la cabina donde se grabaría la entrevista. No recuerdo exactamente qué dijimos, pero seguramente esperábamos poder ver a Saramago antes de que terminara su entrevista, aunque fuera a lo lejos.</span></div><br /><div align="justify"><span style="font-size:130%;color:#cc0000;">La charla de Toscana se fue rápido; cuando salimos, él seguía dentro de la cabina. Toscana me llevó hasta donde dos mujeres conversaban. Eran Pilar, la esposa de don José, y una editora de Alfaguara. Rápidamente Toscana, que conocía a la editora, se acercó y comenzó una plática y las presentaciones de rigor. </span></div><br /><div align="justify"><span style="font-size:130%;color:#cc0000;">De repente, se abrió la puerta de la cabina, y salió Saramago; con un traje oscuro, alto y majestuoso.</span></div><br /><div align="justify"><span style="font-size:130%;color:#cc0000;">David se presentó, hablaron unos instantes, le obsequió <em>Duelo por la muerte de Miguel Pruneda</em>, y continuaron charlando.</span></div><br /><div align="justify"><span style="font-size:130%;color:#cc0000;">En algún momento, quedé frente a Saramago. ¿Qué le dices a quién escribió libros que te descuadran la visión del mundo?</span></div><br /><div align="justify"><span style="font-size:130%;color:#cc0000;">Sólo fueron unos segundos, y lo único que pude escupir fue:</span></div><br /><div align="justify"><span style="font-size:130%;color:#cc0000;">-Maestro... soy un fan de sus obras.</span></div><br /><div align="justify"><span style="font-size:130%;color:#cc0000;">¡Coño!</span></div><br /><div align="justify"><span style="font-size:130%;color:#cc0000;">Con toda la ternura, Saramago me palmeó la mejilla. Un gesto que seguramente había repetido infinitamente ante personas igual de asombradas ante él. Creo que le enterneció mi admiración, la que no me permitió expresar de otra forma todo lo que él representaba y representa para mí.</span></div><br /><div align="justify"><span style="font-size:130%;color:#cc0000;">Inmediatamente lo abracé.</span></div><br /><div align="justify"><span style="font-size:130%;color:#cc0000;">Y sentí como si abrazara a todos mis mayores, mis abuelos, mi padre, todos los hombres que me habían precedido.</span></div><br /><div align="justify"><span style="font-size:130%;color:#cc0000;">Sólo fueron unos segundos, que para él seguramente no pasaron más allá de eso. Para mí han sido una parte muy importante de mi vida.</span></div><br /><div align="justify"><span style="font-size:130%;color:#cc0000;">Hoy lo vuelvo a abrazar, maestro, y le digo hasta luego con toda la emoción y admiración por usted, que han permanecido intactas.</span></div><br /><div align="justify"></div>Ramón de la Cruzhttp://www.blogger.com/profile/10364621966214671083noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-9009567.post-70270235170606583692010-01-07T15:21:00.000-08:002010-01-07T15:26:15.779-08:00Yo también quiero una autobiografía bien fraudulenta (divertimento con visos de realida)<div align="justify"><span style="font-size:130%;">Nota: los siguiente fragmentos fueron rescatados de los mingitorios de los tacos del Paisa</span></div><div align="justify"><span style="font-size:130%;"></span> </div><div align="justify"><em><span style="font-size:130%;">Ahora lo sé de cierto: moriré inédito. </span></em></div><div align="justify"><em><span style="font-size:130%;">Y no, no es una anotación en mi diario (que convenientemente dejaré encima del escritorio de algún reportero, en alguna redacción para que sea convenientemente "descubierto", ¡a fuerza!), es lo que me dijo el licenciado de la Chingada (sí, así se llama y así se comporta). </span></em></div><div align="justify"><em><span style="font-size:130%;">Tocó a mi puerta delicadamente con un tabique, y hasta me ayudó a tirar los restos de vidrio que colgaban del marco de la ventanita, no fuera yo a cortarme. </span></em></div><div align="justify"><em><span style="font-size:130%;">-!Óigame hijo de su rechingada! </span></em></div><div align="justify"><em><span style="font-size:130%;">-Diga usted.- le respondí amable a su interpelación. </span></em></div><div align="justify"><em><span style="font-size:130%;">-Aquí traigo la demanda, que usted ya perdió, en donde lo mandan directo a la mierda un chingo de editoriales. </span></em></div><div align="justify"><em><span style="font-size:130%;">Me sentí halagado, aunque no sé como llegaron a confabularse en mi contra el chingo de editoriales que me demandaban, porque no había enviado ningún tipo de material escrito a ellas. Pero en fin. </span></em></div><div align="justify"><em><span style="font-size:130%;">-!Y sépalo bien cabrón: nunca, pero nunca, publicará usted ni madres en este país¡ </span></em></div><div align="justify"><em><span style="font-size:130%;">Iba a darle los buenos días, pero mi mano derecha le aventó en cambio la taza de café que me estaba tomando. Me arreó dos madrazos con su portafolio, y estando en el suelo fue cuando me vino la idea (junto con el chorro de sangre que salía de mi nariz). </span></em></div><div align="justify"><em><span style="font-size:130%;">Ante este hecho ineluctable (aunque no tengo la menor idea de qué significa ineluctable, pero se oye machin), he decidido dar a conocer una falsa autobiografía, que resuma mis logros y tropiezos como escitor que prefiere vivir como escritor y no como un escritor que escribe. </span></em></div><div align="justify"><em><span style="font-size:130%;">Agárrense, pues: En primer lugar, nací en el seno de una manada de perros, es lo que había a la mano en las calles de Mocorito, mi pueblo. Hasta los dieciocho años, viví convencido de que moriría joven. Pero el afable pollero que me encontró hizo el favor de explicarme que mis dieciocho años eran eso, dieciocho años y no tenía que aumentarlos de siete en siete, como perro, ni defecar en el suelo de su camioneta o alzar la pata cuando me daban ganas de orinar. Agradecido con el buen hombre que me había devuelto mi condición de homo sapiens, me dediqué a laborar en el salón de opio que regenteaba para la comunidad china de la región; entendí que era humano, y sufría de dolores reiterados (no sé si tenga algo que ver que el pollero la arriaba en mi contra y me atizaba con un bat de beisbol) y no sabía como dar salida a mis emociones y pensamientos.</span></em></div><div align="justify"><em><span style="font-size:130%;"> Decidí que tenía que salir a vivir la vida, después de haberle masajeado los callos a la mamá del amable pollero, y aproveché un día en que llegaron hartos de sus amigos, para preguntar que dónde estaba la hierba. Mientras organizaban juegos con cosas de la casa, como el picahielos, salté por la ventana del tercer piso. </span></em></div><div align="justify"><em><span style="font-size:130%;">El siguiente recuerdo que me asalta es el del día que fijé mi vocación: quería ser escritor. Toda vocación se enfrenta con problemas que impiden o retardan su consecución, en mi caso fue que nunca había aprendido a leer y mucho menos a escribir. Aparte de eso, yo pensaba que el escritor era como don Remigio, el viejo puerco que les mecanografiaba las cartas a las chamacas en los portales y después quería meterles mano. </span></em></div><div align="justify"><em><span style="font-size:130%;">Para enfrentar a mis demonios comencé por declararme abstemio y un drogadicto en recuperación, lo cual también fue problemático, no porque no sea un atascado, sino que no tenía dinero ni para un cuartito de leche, mucho menos para una piedra o un toque, y ahora no puedo explicar el por qué aspiro, de vez en vez eso sí, un montón de coca como de 30 centímetros de altura (yo se lo achaco a los nervios de saberme observado). </span></em></div><div align="justify"><span style="font-size:130%;"><em>Recuerdo que me olvidaba del hambre poniendo la cara frente al escape de los coches, de esa manera mataba dos pájaros de un tiro: no sentía hambre, ni tenía que caminar para buscar sustento, pero luego cuando se echaban en reversa me arrastraban dos o tres cuadras...</em> </span></div><div align="justify"><span style="font-size:130%;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-size:130%;">Aquí se corta el manuscrito, las otras 344 páginas son ilegibles. </span></div>Ramón de la Cruzhttp://www.blogger.com/profile/10364621966214671083noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-9009567.post-61758737913685975612010-01-07T09:06:00.001-08:002010-01-07T09:19:58.444-08:00Sueño del eterno retorno<div align="justify"><span style="font-size:130%;">Corre y sus pies pesan como si trajera dos placas de hierro en las suelas de los zapatos.</span></div><div align="justify"><span style="font-size:130%;">Ha perdido la cuenta de las veces que ha traspasado ese umbral, y ha visto el florero con las extrañas flores de zafiro. Ya no sabe cómo fue que terminó recorriendo una y otra vez, pero cada vez con mayor urgencia, los mismos pasadizos, las mismas escaleras.</span></div><div align="justify"><span style="font-size:130%;">Pasa de un cuarto opulento a un desván desvencijado y sumido en la penumbra. En esta casa (ahora lo sabe) se suceden los escenarios verdes y tranquilos (pero deshabitados) junto a las ruinas más sombrías.</span></div><div align="justify"><span style="font-size:130%;">Algo le sigue los pasos muy de cerca.</span></div><div align="justify"><span style="font-size:130%;">Lo siente inconmensurable, peligroso.</span></div><div align="justify"><span style="font-size:130%;">Alcanza a percibir por el rabillo del ojo sombras de una dimensión descomunal, y siente que en cada vuelta al mismo laberinto la distancia se va acortando.</span></div><div align="justify"><span style="font-size:130%;">A pesar de la conciencia de estar soñando, se va quedando sin aliento.</span></div><div align="justify"><span style="font-size:130%;">Pero no puede detenerse.</span></div><div align="justify"><span style="font-size:130%;">Por fin, su voluntad se quiebra y decide que ya no puede más.</span></div><div align="justify"><span style="font-size:130%;">En el cuarto de las flores de zafiro voltea. Trás de sí, sólo alcanza a ver sus propias huellas, nada más.</span></div><div align="justify"><span style="font-size:130%;">La duda lo paraliza, y es entonces que las sombras doblan el ángulo de la puerta y entra él mismo corriendo:</span></div><div align="justify"><span style="font-size:130%;">"¡Corre pendejo!", se alcanza a decir y los dos inician de nuevo la huida desaforada.</span></div><div align="justify"><span style="font-size:130%;">En el jardín, el reverendo Takata abanica al monstruo, mientras aguardan a que el sueño termine.</span></div>Ramón de la Cruzhttp://www.blogger.com/profile/10364621966214671083noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-9009567.post-84832454115772472792009-11-05T11:52:00.000-08:002009-11-05T12:13:51.285-08:00Arquitecturas imperfectas<div align="justify">Acabo de leer un comentario en la página FB de un gran amigo y escritor, que me ha hecho escribir esta nota a vuelapluma.</div><div align="justify">En cuestión, un lector da cuenta de haber comprado dos libros de la autoría de mi amigo. Al iniciar la lectura de uno, se encontró con que faltaban seis páginas, las cuales venían en blanco.</div><div align="justify">Argumentaba el lector que no se perdía mucho de la secuencia.</div><div align="justify">Este incidente me lleva a recordar casos similares que me han ocurrido a mí, en los cuales algunos libros que leí con deleite, presentaban estas curiosas ( y molestas) erratas.</div><div align="justify">De inmediato me salta uno, que está entre los más conocidos, <em>Cien años de soledad</em>. El libro aún lo conservo, de editorial Sudamericana, con la portada clásica de Vicente Rojo, el cual heredé de la biblioteca de mi padre.</div><div align="justify">Varias páginas estaban en blanco, y se iban alternando conforme uno iba leyendo.</div><div align="justify">El hilo de la narración se iba cortando, y uno se quedaba con la duda ansiosa de saber qué carajos era lo que había quedado interrumpido.</div><div align="justify">Leí el libro y a pesar de los pasajes que quedaron incompletos, no pude sino admirar esa narración inmensa que es el libro.</div><div align="justify">Pasarían algunos años para enterarme de los acontecimientos perdidos en mi libro. El que recuerdo con nitidez, es el pasaje en donde se narra como despachó el coronel Aureliano Buendía a un general de su bando, por considerarlo un lastre para la causa debido a su salvajismo y a la imposibilidad de controlarlo. El resultado fue que el hombre terminó macheteado, cortado en pedazos.</div><div align="justify">Otro episodio, extraño y alegre, sucedió cuando compré el volumen con las novelas completas de Álvaro Mutis (Maqroll el Gaviero es una de mis lecturas apasionadas).</div><div align="justify">El tomo es grueso, encuadernado en cartulina, y en la portada hay una fotografía de Mutis, y (obvio) en el fondo de la portada se alcanzan a apreciar diferentes motivos marinos.</div><div align="justify">Con ansiedad abrí el libro, sólo para descubrir, y reconfirmar, que estas cosas sólo pueden sucederme a mí.</div><div align="justify">En lugar de encontrar la portadilla y la portada del libro, encontré el colofón de cabeza. Así fue, el libro venía encuadernado de forma invertida. Aún lo conservo como una de mis posesiones más queridas.</div><div align="justify">Por último, recuerdo que había conseguido <em>Terra Nostra</em>, de Carlos Fuentes.</div><div align="justify">Comencé a leerlo, y cuando alcancé por ahí de la página ciento y tantos, descubrí que se repetía todo el cuadernillo que ya había leído, no una, sino dos veces.</div><div align="justify">Boté el libro lo más lejos que pude.</div><div align="justify">Y hasta ahora, no he descubierto que seguía después.</div>Ramón de la Cruzhttp://www.blogger.com/profile/10364621966214671083noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-9009567.post-36586748786422523772009-10-15T08:28:00.000-07:002009-10-15T08:51:13.748-07:00Un saludo para Pedro Ángel PalouEn días pasados terminé de leer, prácticamente en cuestión de horas, <em>El dinero del diablo</em>, la novela más reciente de uno de mis autores contemporáneos preferidos: Pedro Ángel Palou.<br />La novela es una mezcla de thriller con novela histórica, ya que narra, por un lado, las peripecias del padre Gonzaga, jesuita, al intentar resolver una serie de asesinatos dentro de Ciudad del Vaticano.<br />Las muertes están relacionadas con los archivos del Papa Pío XII, los cuales guardan un secreto terrible que daría al traste con la canonización del mentado papa.<br />Por el otro lado, la novela narra precisamente la naturaleza del secreto de Pío XII y su relación con los nazis y el Holocausto.<br />La narración de cualquiera de las dos partes que componen la novela es intensa, cargada de denuncias acerca de los manejos secretos y la manipulación de la verdad que, en aras de defender los privilegios obtenidos, es capaz de llevar a cabo la cúpula del poder Vaticano.<br />Aún más, Palou logra una historia creíble, con datos verídicos extraídos de los archivos en Roma. Desde ahí, logra hilar una trama que crece en intensidad, hasta el aparente clímax, y digo aparente, porque en realidad no se determina si Pío XII será canonizado, ni hay una resolución con los personajes de Gonzaga y Reva Shovel (médica forense israelí, enamorada de Gonzaga, y en realidad es una agente del Mossad).<br />El poder y el dinero, los grandes temas que atraviesan el libro, vuelven de <em>El dinero del diablo</em> un thriller político-histórico que promete continuar en sucesivas entregas ahondando en los secretos del poder detrás del papado.<br />Mención aparte merece el protagonista, Gonzaga, un jesuita dedicado a resolver crímenes dentro del seno de la Iglesia. Gonzaga comparte muchas de las características del arquetipo del detective contemporáneo, mezcladas con una profunda crisis de fe (¿algún personaje de la actualidad puede darse el lujo de creer en algo hoy en día?) y el deseo de romper con los votos en los que alguna vez cimentó su vida.<br />Gonzaga es un homenaje irónico a ese otro detective religioso, William de Baskerville, en <em>El nombre de la rosa</em> de Umberto Eco.<br /><br />En suma, <em>El dinero del diablo</em> prosigue el camino que el autor se impuso en sus últimos libros: si hay huecos que la historia y la vida no pueden rellenar, para eso está el escritor. Para decirnos, no lo que fue, sino lo que pudo haber sido la realidad.Ramón de la Cruzhttp://www.blogger.com/profile/10364621966214671083noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-9009567.post-76979437806298530892009-09-08T11:35:00.000-07:002009-09-08T11:52:46.866-07:00AuguriosVeo en el periódico una nueva fecha cargada de cabalísticos signos, bien sean de infortunio o de ventura: el 9/9/09.<br />No puedo dejar de pensar en que, reacios a cambiar la forma en que el mundo se mueve, nos desplazamos temporalmente entre este tipo de eventos.<br />Buscamos un misterio encerrado en las coincidencias numerales, y sin embargo, pocas veces, si no es que nunca, se han concretado las catástrofes o milagros pronosticados.<br />Hay que ser realistas al respecto: nadie pudo darse cuenta inmediatamente del año 0 de nuestra era; ni las profecías de la destrucción del mundo se han materializado claramente, con inundaciones o bolas de fuego arrasando las ciudades (a mí en lo personal me gustaría saber qué voy a hacer cuando vea flotar sobre el DF a los cuatro jinetes del Apocalipsis, y si de pedir se trata, quiero ver aparecer a las cuatro bestias con cuernos del mar, en onda Godzilla vs Mothra).<br />El asunto es simple: hay una fe que se desmorona en cada una de estas fechas signadas con lo desconocido, que vuelve a levantarse de sus cenizas para encontrar un nuevo punto final en la siguiente conjunción de astros, degradación de planetas, o vaya usted a saber qué.<br />Queremos creer que el mundo tiene los días contados, tal como lo conocemos desde luego, y que una nueva era se abrirá del paso de un día a otro. (El imperio romano tardó solamente unos mil años más en caer, tras la conquista de Roma por parte de los bárbaros, nada más como detallito, y por supuesto, nadie aceptó jamás que la cosa hubiera terminado así como así).<br />A lo que voy es que el tiempo es mucho más vasto que el imperio de los hombres, y que el universo no mide con el mismo rasero los acontecimientos, como lo hacemos nosotros.<br />Podemos estar al principio, en medio o al final de algo, sin darnos cuenta de lo que a nuestro alrededor se ha derrumbado.<br />Pero hay fechas... claro que las hay, las cuales devastan lo que conocimos. Y nadie puede prevenirnos, por más señales ocultas que quisiera uno poder ver en las cosas.<br />17/08/2008...<br />Para mí, en ese día, se acabaron muchas cosas.<br />¿Usted tiene una fecha similar?Ramón de la Cruzhttp://www.blogger.com/profile/10364621966214671083noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-9009567.post-78580221542967180342009-08-24T10:20:00.000-07:002009-08-24T10:34:01.751-07:00Carta<div align="justify">Mi querido Fernando:</div><div align="justify">Leo tu entrega semanal en este viernes y no pude reprimir el escribirte de inmediato.</div><div align="justify">En estos días, al cumplirse los 40 años de la celebración de Woodstock, no dejo de pensar en lo que el festival pesó y pesa todavía, en las vidas de muchas personas.Pero no sé si yo sea un heredero de Woodstock, yo nací 4 años después del evento. Y me encuentro, internamente, incapaz de reconocer algo que me pertenezca al ver las imágenes que se suceden sin fin en las pantallas de televisión, a diferencia de muchos otros.</div><div align="justify">Yo me pregunto cómo es posible que personas, como los conductores de los noticiarios culturales, puedan hablar como si hubieran estado, como si se identificaran con lo que sucedió.</div><div align="justify">No me apena ni me avergüenza declararme un bárbaro, en ese sentido.</div><div align="justify">Hay demasiada historia entre el festival y yo como para poderme identificar libremente con lo que ahí ocurrió. Si, como dijo John Lennon, el sueño se había acabado, para alguien como tu servidor, el festival no sería más que jirones borrosos de una época distinta por completo a esta que vivimos, un sueño que no me correspondía.</div><div align="justify">Que conste que no pongo en juicio lo que se defendía en Woodstock, lo sabemos perfectamente, no hay nada nuevo y lo que se pide ahora, ya se ha pedido con anterioridad. Al hablar de los hippies como herederos de la renovación, no pude evitar pensar en otro movimiento que pedía la renovación de su época, la convivencia fraterna y comunal, y el desprendimiento de los bienes materiales. Como los hippies, ese movimiento también fue juzgado con cinismo Fernando, pero de una u otra forma siguen presentes aún hoy, aunque, como con los hippies, la gran mayoría considere a los seguidores de Francisco de Asís una curiosidad más heredada de épocas anteriores.</div><div align="justify">Si algo puede identificar a una generación posterior a Woodstock, es el fracaso sonado de las utopías. El gran concierto, hablando generacionalmente, es el Live Aid de julio del 85. Algo completamente distinto a Woodstock. Un evento plenamente mediático, que congregó a millones, no en un terreno o un estadio, sino frente a la pantalla. Pero más allá de eso, el concierto es un signo que habla de la descomposición de las cosas. Woodstock celebraba el espíritu de comunidad, la petición del cese de la violencia, de las guerras. Live Aid es un grito para que la sociedad se despojara de su abulia y ayudara a los que no tenían (y siguen sin tener) qué comer.</div><div align="justify">Uno y otro, me temo, fallaron. Más aún al revisar la edición de Woodstock 1999, tres días de cosas que no tenían nada que ver con el Woodstock original usurparon el nombre y la herencia, hasta desembocar en una violencia irracional en el último día de los conciertos. </div><div align="justify">Seguimos inmersos en un periodo de desmedida acumulación, y ni las guerras ni el hambre cesan, por más figuras mediáticas (en muchos casos infladas hasta el exceso en un dudoso papel redentor) que se alternen a salir en frente de las cámaras.</div><div align="justify">Estoy consciente de que estamos en la etapa agónica de tal era, y que todo cambio conlleva graves desequilibrios, convulsiones, y quizá no nos toque ver en que desembocará. Sin embargo, creo que el amor y la paz no son las únicas opciones que se avizoran a la vuelta de los tiempos.</div><div align="justify">Otras formas, que se han establecido y caído al paso del tiempo, más duras, más opresivas y tiránicas, también esperan un eventual retorno, por más que, acompañando a Berman, no son más sólidas que el aire.</div><div align="justify">Perdona si distraigo tu tiempo con estos pensamientos, como siempre te envío mis mejores deseos y un abrazo fraterno. </div>Ramón de la Cruzhttp://www.blogger.com/profile/10364621966214671083noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-9009567.post-7991657028620368262009-08-11T09:43:00.000-07:002009-08-11T11:03:21.877-07:00Publicidad e indiferenciaAnoche, después de llegara a casa, prepar algo para cenar, me dispuse a ver uno de mis programas favoritos.<br />"Mentes criminales", un programa sobre la unidad de perfiles del FBI, que acuden a investigar casos donde se sospecha el autor sea un asesino serial.<br />No hay nada complejo: hay un malo que se regodea asesinando personas, hay un equipo de profesionales que se dedica a detener este tipo de amenazas.<br />La cosa no pasaría de un simple entretenimiento.<br />Sin embargo, algo externo al programa me llamó poderosamente la atención. El patrocinio corre a cargo de Burguer King, el consorcio competidor de Mc Donald's.<br />Esta cadena de hamburguesas promueve actualmente una nueva adición a sus menús, la Angus XT que, en sus propias palabras, está gruesa.<br />Sabemos que hoy en día, las agencias de publicidad se valen casi de cualquier cosa para llamar la atención sobre los productos que promueven.<br />Burguer King no es precisamente un anunciante que no genere polémica. No hace mucho, generaron un gran revuelo con el lanzamiento de una hamburguesa, mezcla mexicana-texana (lo que sea que eso signifique).<br />El comercial que acompañó el lanzamiento de dicha hamburguesa generó una reacción de estupor e indignación, por la forma en que se representaba a lo mexicano.<br />No faltaron los calificativos de "racista" para la compañía.<br />A pesar de ello, parece que vuelven a insistir en sus campañas, adornadas con polémica, puesto que durante las pausas de publicidad en "Mentes Criminales", aparece un texto, que más o menos dice: "Siete mil homicidios en lugares de trabajo el año pasado no son tan gruesos; gruesa la nueva Angus..."<br />Al principio, no supe como reaccionar. Si los "creativos" querían causar hilaridad, sorpresa, asombro, no lo supe definir.<br />El hecho es que me indignó que se valieran de datos tan alarmantes, minimizándolos, para publicitar una hamburguesa.<br />Pero meditándolo, quizá tengan algo de razón al utilizar de manera tan ligera y superflua este tipo de información.<br />Siete mil homicidios no son nada para alarmarse, así como los más de diez mil muertos que ha dejado el combate al narcotráfico en el país, ni los miles de crímenes de odio sin resolver, o los niños que mueren en las comunidades indígenas de enfermedades gastrointestinales o pulmonares.<br />No importan los muertos por hambre, en guerras étnicas, por creencias religiosas, alrededor del mundo.<br />No importan, porque en esta sociedad, ataráxica, anodina y ya inerte, el espectáculo y el dato efímero son los únicos valores referenciales.Ramón de la Cruzhttp://www.blogger.com/profile/10364621966214671083noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-9009567.post-61880038885045853362009-06-03T11:23:00.000-07:002009-06-03T11:25:52.534-07:00Sueño de la insoportable belleza<div align="justify"><span style="font-size:130%;color:#c0c0c0;">Frente a un espejo se mira, inseguro al principio, la visión se va aclarando conforme puede concentrarse.<br />Sabe que es él, pero el espejo le devuelve la mirada de unos ojos femeninos. Observa el cabello largo y sedoso que le llega hasta la espalda; los labios carnosos y coloreados de carmín; el cuello terso y sin una sola arruga.<br />Pero el cuarto no es el mismo en el que vive y duerme. Puede ver muebles de un diseño muy viejo, como principios de siglo. Además, encima del tocador hay frascos y afeites varios. No es sino cuando su mirada se posa en el escote que se da cuenta de que el reflejo está desnuda. Los pechos tienen los pezones erectos, y están firmes. La curva del estómago se pronuncia apenas, y es como si invitara a su mano a recorrerla.<br />La excitación va en aumento, y quiere ver más del cuerpo que tiene frente a sí, puede verlo recorriendo los labios con la lengua, humedeciendo su superficie. Se levanta, por instinto lleva la mano a su entrepierna, casi al mismo tiempo su reflejo se levanta y copia su gesto.<br />La sorpresa se apodera de él, conforme se da cuenta del vacío que hay en su entrepierna, una hendidura en lugar de su sexo, y se convierte en estupor conforme se da cuenta de que es su reflejo quien tiene el pene en su mano y comienza a acariciarlo con la mayor de las impudicias. La sonrisa de la mujer lo provoca, lo tienta, y él comienza a su vez a hundir sus dedos en la oquedad. En el fondo del espejo, Takata mueve la cabeza, desaprobando la ceremonia que el gusano ha organizado en el sueño.<br />Algo habrá que hacer.</span></div>Ramón de la Cruzhttp://www.blogger.com/profile/10364621966214671083noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-9009567.post-6541685750359710662009-05-11T07:50:00.000-07:002009-05-11T09:20:12.111-07:00En el descenso...<span style="font-size:130%;">Poco sabemos qué fue lo que vió el reverendo Takata en su viaje al mundo de los espíritus.</span><br /><span style="font-size:130%;">Lo que es cierto es que después de eso, Takata fue refugiándose cada día más en la tierra de los sueños del hombre.</span><br /><span style="font-size:130%;">Algunos se aventuran a especular la clase de seres que habitan ahora en esas tierras. Dicen, pero sólo ellos sabrán, que los entes que pueblan tales tierras tienen hocicos como perros, y ladran y aúllan todo el tiempo.</span><br /><span style="font-size:130%;">Otros más descreen de tales invenciones.</span><br /><span style="font-size:130%;">Pero son incapaces de proponer una visión del mundo espiritual.</span><br /><span style="font-size:130%;">Hubo un loco, que murió en medio de la basura del mercado Martínez de la Torre, que gritaba que sólo él conocía lo que el reverendo había visto.</span><br /><span style="font-size:130%;">Día tras día, hasta su infausta muerte, el loco gritaba, pero nadie atinaba a detenerse para interrogarlo.</span><br /><span style="font-size:130%;">Sólo uno, casi en el día en que murió, tuvo el valor de preguntar que era lo que había en la tierra de los espíritus, y el loco, bajando la voz, le susurró:</span><br /><span style="font-size:130%;">"Cuando Takata llegó de la tierra espiritual, sólo dijo esto: </span><br /><span style="font-size:130%;">-Tierra baldía."</span><br /><span style="font-size:130%;"></span>Ramón de la Cruzhttp://www.blogger.com/profile/10364621966214671083noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-9009567.post-48746185026015882642009-05-05T11:32:00.001-07:002009-05-05T11:40:33.802-07:00Dámocles<div align="justify"><span style="font-size:130%;">Se abolieron sus cadenas.</span></div><div align="justify"><span style="font-size:130%;">Así nada más, un día se cayeron. El agua que lo atormentaba simplemente quedó quieta.</span></div><div align="justify"><span style="font-size:130%;">Pudo saciar su hambre, y por primera vez, no pensó en el peligro arriba de su cabeza.</span></div><div align="justify"><span style="font-size:130%;">Asustado, volteó hacia los techos, y no vió la consabida hoja pendiente.</span></div><div align="justify"><span style="font-size:130%;">Fue saliendo poco a poco de sus prisiones milenarias.</span></div><div align="justify"><span style="font-size:130%;">Pudo moverse de nuevo entre los hombres, en un mundo que no comprendía.</span></div><div align="justify"><span style="font-size:130%;">El ruido, los olores, las cantidades de personas moviéndose, unas contra otras, fueron un nuevo tormento que no supo como enfrentar.</span></div><div align="justify"><span style="font-size:130%;">Ahora pasa los días encerrado.</span></div><div align="justify"><span style="font-size:130%;">Casi no come, y teme el contacto con el mundo exterior.</span></div><div align="justify"><span style="font-size:130%;">Extraña terriblemente la espada a punto de caer.</span></div>Ramón de la Cruzhttp://www.blogger.com/profile/10364621966214671083noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-9009567.post-73840612183146565502009-04-20T15:44:00.000-07:002009-04-20T15:45:36.037-07:00Tu cumpleaños sin tí<span style="font-size:180%;color:#ff0000;">Quizá la música no te alcance.</span><br /><span style="font-size:180%;color:#ff0000;">Y la luz sea escasa para poder traerte de vuelta a la casa.</span><br /><span style="font-size:180%;color:#ff0000;">Quizá ya nada pueda romper tu recuerdo, es cierto, pero algunos preferirán tenerte, imperfecta, entre las horas del día.</span><br /><span style="font-size:180%;color:#ff0000;">Me faltó contarte que ya es abril, y la primavera vino entre agua.</span><br /><span style="font-size:180%;color:#ff0000;">Como me ha hecho falta hablarte y oír tu voz cercana.</span><br /><span style="font-size:180%;color:#ff0000;">Quiero decirte que este abrazo ya no podré darlo, y quedará guardado.</span><br /><span style="font-size:180%;color:#ff0000;">Ni acompañará de nuevo la música de tu risa al sol.</span><br /><span style="font-size:180%;color:#ff0000;">La casa está vacía...</span><br /><span style="font-size:180%;color:#ff0000;">Pero adentro de mí te deseo feliz cumpleaños,</span><br /><span style="font-size:180%;color:#ff0000;">y te abrazo. </span>Ramón de la Cruzhttp://www.blogger.com/profile/10364621966214671083noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-9009567.post-70541067996033285482009-03-26T09:03:00.000-07:002009-03-26T09:10:56.375-07:00Otra vuelta de Mitología<div align="justify"><span style="font-family:courier new;font-size:130%;">De buena fuente se sabe que un grupo de mujeres, armadas hasta los dientes, buscan entre la población a un tal Herakles.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:courier new;font-size:130%;">Se recompensará con una destripada rápida a quien pueda proporcionar datos que lleven al paradero del susodicho.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:courier new;font-size:130%;">La última vez que las mujeres le vieron, el individuo portaba una piel de león cruda por todo vestido, y exhibía sus atributos sin ningún pudor. </span></div><div align="justify"><span style="font-family:courier new;font-size:130%;">Si usted tiene datos que permitan su localización, favor de salir a la calle más cercana, pues las mujeres se encuentran devastando las ciudades.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:courier new;font-size:130%;">Dicen que Herakles se olvidó de regresar para seguir encadenándolas.</span></div>Ramón de la Cruzhttp://www.blogger.com/profile/10364621966214671083noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-9009567.post-59722641649271825242009-03-10T12:14:00.000-07:002009-03-10T12:37:53.167-07:00Prometeo en cadenas<div align="justify">Prometeo soñó que, de nuevo, robaba el fuego a los dioses.</div><div align="justify">Corría para dar el don a los hombres.</div><div align="justify">Atrás de él, la cólera de los olímpicos volvía a estremecer los cielos.</div><div align="justify">Pronto, el titán se halló entre las pequeñas criaturas que apenas vestían pieles crudas, y señalaban sin atinar a emitir un ruido, la flor roja que Prometeo llevaba en alto.</div><div align="justify">Quiso que la recibieran, y quiso que en adelante, los hombres pudieran pasar la noche sin sobresaltos.</div><div align="justify">Al ofrecer el fruto de su crimen, los hombres se apretujaron y en sus rostros el horror tomó forma. Los más osados acercaron sus manos, sólo para retirarlas ante la mordedura.</div><div align="justify">El temor cede el paso a la ira, y el deseo de acabar con éso, que no entienden, va imponiéndose en el grupo, sin necesidad de palabras.</div><div align="justify">Arrojaron piedras, palos, arena en contra de la flor que muerde y su portador.</div><div align="justify">De nada valió el hecho de que Prometeo hubiera sido su benefactor en otras ocasiones.</div><div align="justify">Ante la andanada, el titán vacila, retrocede, y de su mano cae la brasa.</div><div align="justify">Ya en el suelo, el resplandor se debilita hasta extinguirse. Y en el cielo, un fulgor más intenso va perfilándose a espaldas del ladrón, que esté temblando...</div>Ramón de la Cruzhttp://www.blogger.com/profile/10364621966214671083noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-9009567.post-60046691202138284322009-02-17T14:03:00.000-08:002009-02-17T14:11:50.053-08:00Sueño expressEsa noche volvió a soñarse en la estación del metro infinita.<br />Los trenes se arremolinaban de nuevo, sobre las vías superpuestas unas a otras.<br />Tres trenes partían rumbo al sur.<br />Se vió sentado de nueva cuenta en el andén.<br />A su alrededor la gente parecía no darse cuenta de los bultos que estaban en medio del paso.<br />"Alguien debió haberlos puesto ahí", pensaba, mientras una sensación creciente de angustia se iba incrustando en su cuerpo.<br />Empezaba a reconocer los paquetes. Antes de tener la certeza que ya los había visto antes, supo que no quería abrirlos.<br />Porque los abriría, ineluctablemente, eso también lo sabía ya.<br />Miró a uno y otro lado, en espera de recibir un guiño, por lo menos, para saber que no estaba solo, que no abriría solo los paquetes.<br />Al acercarse, el olor de la podre lo inundó todo, pero la gente seguía sin inmutarse siquiera ante la peste.<br />Las arcadas se sucedieron con mayor frecuencia (terminó vomitando, como se dio cuenta cuando despertó). Empezaba a abrir el primero de los paquetes, el que reconoció de inmediato, y supo que una mirada velada y la grisura de la piel le recibirían en cuanto se abriera del todo el empaque...Ramón de la Cruzhttp://www.blogger.com/profile/10364621966214671083noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-9009567.post-28010323528026088462009-02-17T08:52:00.000-08:002009-02-17T14:21:04.904-08:00De los cuadernos de Mesmer 2<div align="justify">... el asunto fue que, a despecho de lo que pudiera pensar, Takata invade espacios que me ponen en un cerco.</div><br /><div align="justify">Camino por mis lugares cotidianos y encuentro señas, imperceptibles a veces, que delatan la presencia del reverendo en estos lugares que para mí resultaban ser refugio.</div><br /><div align="justify">Si tomo un café en lo de Nacho, dentro de mi taza encuentro restos de hojas de té. Algo que en principio achaqué a un descuido, resultó ser un recordatorio constante de Takata, anunciándome que no habría descanso ni olvido para mis acciones.</div><br /><div align="justify">Si llego hasta lo de ...... para estar un rato con alguna chica nueva, el reverendo se encarga de dejar señales en la recámara: un cráneo de perro, huesos de aves, alguna carta nueva para Ezquerra. Es una persecución constante, que no me da respiro.</div><br /><div align="justify">Y sobre todo en mi casa, en mi propia casa, aparecen objetos relacionados con historias viejas que conté para conseguir dinero.</div><br /><div align="justify">Las sombras que levanté algún día, vuelven, por instantes, para recordarme que lucré con su desgracia.</div><br /><div align="justify">Allí en la esquina del librero aparece un dedo, el de la esposa que por coquetear con un empleado fue mutilada por su marido. Al final arregló que la mataran, porque no podía soportar verla llevándose la taza del café con la mano incompleta.</div><br /><div align="justify">Por allá, restos ensangrentados de una playera, esclavas de oro, casquillos de bala, un cuchillo de cocina que rebanó tres gargantas, dentaduras postizas, suenan a veces canciones en el radio, todo depende de las historias que he arrancado a las sombras, para que Takata me atormente.</div><br /><div align="justify">Ahora, con mayor insistencia, utiliza el grito del niño paquete, el que encontraron en un camión de mensajería, nuestra última jugarreta.</div><br /><div align="justify">Todos los demás tormentos se esfuman, dejando el grito como un eco entre las paredes de mi casa. Me pregunto si los demás lo han oído.</div><br /><div align="justify">En cualquier caso, creo que se hace tarde...</div><br /><div align="justify"></div>Ramón de la Cruzhttp://www.blogger.com/profile/10364621966214671083noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-9009567.post-83374856222840643572009-02-13T11:21:00.000-08:002009-03-09T12:42:04.435-07:00Ciudad de Perros...2<span style="font-size:130%;">La cuestión con Niño Toques</span><br /><br /><br />Salió de ninguna parte.<br /><br />Yo apenas había llegado a la ciudad. No conocía a nadie, y no tenía muy claro que había venido a hacer aquí. Ya sabía que venía buscando a mi padre.<br /><br />Pero cómo iba a encontrarlo entre tanta pinche multitud, eso no lo sabía.<br />Salí una mañana húmeda, el cielo apenas escampaba cuando llegué a la estación para tomar el camión que me traería aquí. Apenas había subido los escalones cuando volvió a llover.<br /><br />Mi madre había muerto, y me hizo prometer que buscaría a mi padre. Yo no lo recordaba, o al menos eso era lo que decía cuando algún conocido me preguntaba sobre él.<br /><br />Yo no quería recordarlo, ni quería cumplir con la promesa que le hice a mi madre, con el miedo subido a la garganta de verla muriéndose. Apenas pudo susurrarme esas palabras, con su garganta quemada por el oxígeno, que cada día le ayudaba menos a respirar.<br /><br /><br />Acababa de enterrarla, y ya había dejado encargada la casa. No me quedaban parientes a los cuales preguntarles por el paradero de mi padre.<br /><br />Si vine a dar aquí, fue simplemente porque mi madre prestaba oídos a cualquier habladuría acerca de mi padre. Alguien que conoció a alguien que conocía a alguien que juraba haberlo visto en la ciudad, le habló a mi madre de esto.<br /><br />Y hasta el día de su muerte, creyó convencida de que mi padre estaba en la ciudad.<br /><br /><br />Yo no quise desmentirla, ni tirarle las ilusiones. Pero yo no creí nunca en los avistamientos de mi padre. Siempre supe que, de querer, nos hubiera contactado de cualquier modo.<br /><br />Pero nunca quiso.<br /><br />Salí por cumplir mi estúpida promesa a una mujer muerta. Una mujer que para mí fue todo, y al mismo tiempo siempre rehuí.<br /><br />Ahora tenía que cumplirle, sin importar que, a lo mejor, mi padre hace mucho se hubiera ido al carajo.<br /><br /><br />Llegué en la noche, la ciudad me recibió como un tapete de luces, que iban cambiando conforme nos acercábamos por la carretera. No pude dormir muy bien en el camión, cargado de humores y ronquidos. Fui el único, creo, en divisar las primeras luces, la fosforescencia que se adivinaba detrás de los cerros. Conforme avanzaba el camión por las curvas de la carretera, se asomaron las primeras casas, hasta que se desenrrollaron por completo los millones de destellos con los que la ciudad saludaba a los recién llegados.<br /><br />Ya en la terminal, no supe bien por dónde tendría que ir.<br /><br />Era mi primera vez, y ahí me encontré, en medio de un gentío que no se estaba quieto, y sin la más remota idea de qué hacer.<br /><br />Caminé hacia el metro, sin fijarme la dirección del tren. Después de varias estaciones, apretujado y cuidando mi maleta, pude bajar en una estación de la que no me fijé cómo se llamaba.<br /><br /><br />Al salir a la superficie, caminé despacio por las calles húmedas, cargadas de basura, y encendidas con los focos de los puestos que ofrecían comida a los trasnochados.<br /><br /><br />Hasta hoy desconozco cual fue el camino que tomé, ni me fijé en las calles y sus nombres.<br /><br /><br />Cuando me sentí con los pies pesados, me detuve para buscar un lugar para pasar la noche. Desde entonces no he abandonado el cuarto. Me detuve para ver lo que había: locales cerrados, ofreciendo partes mecánicas: motores de medio uso, reconstruidos, cigüeñales, levas.A mi izquierda se alzaron fachadas de madera, ventanas cegadas que resguardaban más placas de madera enconchada, no más altas de dos metros, y tampoco mas anchas que eso.<br /><br /><br />Como un campo de refugiados, y todo ello protegido por una vieja reja oxidada, con cabecitas de muñecas tuertas colgando de los barrotes, y el forntispicio no dejó de intrigarme: Edificio Imperial.<br /><br /><br />Si hubo antes un edificio, hacía mucho que se había derrumbado.<br /><br /><br />Todavía hoy no he encontrado en todo el rumbo, a alguien que pueda recordar si hubo el tal edificio. Y ahí fui a instalarme, en uno de los cuartos que estaban abandonados. Repleto de basura y desechos, con agua estancada en una esquina, iluminado apenas por un raquítico foco. Todo en la calle habla de una decadencia sin límites, de un acabamiento de las cosas. Pienso que no hay mejor lugar para estar. Entre partes desgastadas, y que nadie busca, en medio de un predio que nunca tuvo un edificio, ni poseyó algún tipo de carácter imperial.<br />Entre restos de cabezas plásticas, resguardado por madera apolillada, aquí fue donde paré y desde donde no supe cómo empezar a buscar a mi padre.Ramón de la Cruzhttp://www.blogger.com/profile/10364621966214671083noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-9009567.post-59387686448199179282009-02-12T08:55:00.000-08:002009-02-12T09:33:39.265-08:00Ciudad de perros...-Te va a llevar la verga.-<br />Fue lo que le dijeron antes de agarrarlo y empezar a molerlo a chingadazos. Justo antes de treparlo al auto y arrancar, quemando llantas, para llevarlo a una casa.<br />Quién sabe cuanto tiempo estuvo con la bolsa en la cabeza. Debió ser mucho, porque cada vez le costaba más respirar, y el aire se volvía más pesado conforme iban avanzando.<br />¿En realidad iban avanzando? Porque nadie le podía asegurar que de verdad avanzaban, a lo mejor nada más estaban dando vueltas, mientras le daban de patadas.<br />Pero sí, el auto se movió, como pudo verlo después, o mejor dicho, como después se dio cuenta, al bajar en un lugar totalmente diferente. Eso lo podía saber por el ruido, los olores, sobre todo la humedad del nuevo lugar.<br />Estuvo ahí, tumbado, sin saber qué pasaría a continuación.<br />No, sí lo sabía, nada distinto a lo que ya había sucedido: más golpes, más insultos, escupitajos y mentadas de madre. Habría más formas de experimentar el dolor.<br />Se preguntaba si primero le aplicarían unas descargas en los testículos, o quizá le arrancarían las uñas con unas pinzas.<br />Había oído que al bad boy le habían clavado el escroto a la silla donde lo tenían amarrado.<br />La sola idea de tener la punta de un clavo cerca de los testículos le hizo encogerse y llevar sus manos para proteger la entrepierna.<br />¿Cómo había llegado a esto? También eso lo sabía, y no vale la pena insertar una disgresión hacia el pasado, como se acostumbra.<br />Fue por culeros. Así de fácil.<br />Fue por andar metiéndose en lo que no les importaba, pensando en que iban a sacar una buena raja de lana.<br />Y él ya presentía que no iba a ser como en otras ocasiones. Que algo no andaba bien.<br />Pero no quiso aguar la ilusión de los demás, que pensaban que con este desmadre se iban a hinchar de lana. No quería aceptar que seguirían atados a las calles, a los recorridos de siempre.<br />Otra vez vio el clavo encima de su testículo...<br />Mientras volvía a encogerse, pensó que nunca debieron meterse a ver quién se chingó al niño.<br />El niño... no había vuelto a pensar en él desde hacía mucho.<br />Lo encontraron dentro de un camión de mensajería, y eso porque ya la peste estaba inundándolo todo. Dentro de un paquete encontraron una pierna y parte del brazo. En otro estaba el torso.<br />La cabeza iba dentro de una caja envuelta en papel para regalo, y los ojos seguían abiertos, con ese velo blanquecino que se forma en todas las cabezas cercenadas.<br />El resto del cuerpo no se pudo hallar. Ni las partes faltantes.<br />Debió tener unos diez años, quizá menos.<br />Los paquetes iban para Juárez, la dirección resultó ser un predio industrial que estaban rematando.<br />Nunca se supo si había un reporte sobre su desaparición, ni en la tele hubo solicitudes para identificarlo.<br />No se supo de donde vino, ni quienes podían saber algo acerca de su familia o conocidos.<br />Se pudo saber, eso sí, que lo habían mutilado estando vivo, por lo que sintió los cortes en su cuerpo. De lo otro no se habló, por pudor, por asco, yo que sé. Al final, la cabeza se la cortaron en dos intentos.<br />Resulta que decapitar a alguien no es tan fácil.<br />Por lo menos no ahora, cuando ya no es una práctica regular para quitar la vida.<br />Y las armas de fuego han sustituido a las espadas y hachas.<br />No cualquiera puede cortar una cabeza a las primeras de cambio.<br />Quizá el niño alcanzó a gritar, cuando vio venir el golpe, puesto que recibió el golpe de frente. Y los médicos especularon que alcanzó a ver, pero ya no pudo gritar, el segundo madrazo.<br />Aún después de los meses que transcurrieron desde su descubrimiento, no pudieron determinar con qué le cortaron la cabeza. Algunos decían que con un machete.<br />Otros aseguraban que las marcas del corte las pudieron haber hecho las cuchillas de una rebanadora de papel, por eso la dificultad para cercenar de un golpe la cabeza.<br />Lo cierto es que durante mucho tiempo, el cuerpo estuvo en los congeladores del semefo.<br />Hasta que se perdió toda esperanza de identificarlo, y enterraron el cuerpo en la fosa común.<br />Hasta ahí hubieran quedado las cosas.<br />Pero ellos tenían que meterse a ver qué provecho podían sacarle a esta historia. Fue Mesmer el que la conoció primero, puesto que sus contactos lo alertaron.<br />Y Mesmer comenzó a convocar a sus sombras, para levantar esta historia; mientras que él comenzó a buscar en los incendios de las paredes, indicios para orientar su estafa.<br />Pensaba en esto, cuando oyó la puerta abrirse, y en unos instantes unos brazos lo sujetaron, alzándolo del suelo y sentándolo en una silla con descansabrazos.<br />Sintió las cuerdas, apretando sus articulaciones en muñecas y tobillos, y pensó que iba a ensuciar la silla, porque durante días no había podido limpiarse el culo.<br />Le quitaron la bolsa de la cabeza, y alcanzó a ver frente a él un taladro. En la esquina izquierda de la habitación, el Niño Toques se acurrucó en el rincón, y lo miró extrañado.Ramón de la Cruzhttp://www.blogger.com/profile/10364621966214671083noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-9009567.post-6893529058594517272009-02-11T15:23:00.000-08:002009-02-11T16:01:12.971-08:00En lo subterráneoA su alrededor la gente se arremolina en los andenes, en los torniquetes de entrada, la estación es un hervidero de gente.<br />Del mismo modo, los trenes salen y llegan con velocidad vertiginosa; ocupando las vías, una encima de otra.<br />El ruido aumenta conforme la gente lucha por subir a los atestados vagones, invaden las vías y los túneles para llegar hasta los trenes.<br />Gente que esperaba llegar hasta los andenes tiene que salir por la boca de los túneles. Así de intenso es el tráfico, que impide a los trenes descargar su pasaje en el lugar señalado.<br />Entre el gentío, siente de repente que alguien lo observa.<br />Poco a poco se va abriendo un espacio por entre los cuerpos, y es entonces que lo aprecia completamente. Lo ha visto antes, cuando aborda el metro, y en los vagones él va pidiendo limosna, con la monodía que es capaz de emitir por su garganta.<br />El pelo es hirsuto, negro y lacio, muy lacio, como agujas apuntando al suelo. Los dientes se proyectan hacia afuera desde la mandíbula superior, y los dientes inferiores apenas pueden verse. No tiene cuello, ni mandíbula inferior.<br />Sólo puede regurgitar algunos sonidos: "AHHHHH, AHHH, AAAHHHHHHH".<br />Pasa por entre los usuarios, que se cuidan bien de no tocarlo, ni siquiera rozarlo. Como si temieran que el simple hecho de estar cerca de él les contagiará no se sabe qué.<br />Alguna vez escuchó el apodo que un desocupado le puso... ¿cuál era?<br />¡Rey Sapo!<br />Eso es, el Rey Sapo, que pasa con su bote pidiendo monedas, mientras alcanza a gemir lo que él entiende por una canción.<br />Lento, va caminando directamente hacia él. Los ojos lastimeros no dejan de verlo.<br />Aparta a uno y otro lado a los viandantes. Y se encuentra muy cerca "¡AHHHH, AHH, AAHHH!";<br />él no puede salir, porque la gente se aglomera y le impide el paso. Empuja, y resuella, pero es inútil. ¡No le dejan salir!<br />Vuelve a empujar y no sucede nada, la gente sigue parada, esperando llegar hasta el andén.<br />Algo, como un hormigueo le recorre la espalda. Sus nervios están haciendo estragos en su estómago.<br />No quiere voltear, porque sabe que ya está ahí.<br />Está sudando frío, y quiere que esto termine. Voltea, y frente a él se encuentra Rey Sapo.<br />Sostiene su bote con monedas, y comienza a abrir su boca....Ramón de la Cruzhttp://www.blogger.com/profile/10364621966214671083noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-9009567.post-35437477063918999982009-02-05T10:52:00.000-08:002009-02-05T11:08:09.060-08:00De los cuadernos de MesmerAl reverendo Takata, casi siempre, lo he encontrado en mis sueños.<br />No sé dónde más podría uno hallarlo, ni de alguien que lo haya hecho en la vigilía.<br />Todas las veces, su rostro añade un toque ominoso a mis visiones.<br />No importa si me encuentro al centro de un huracán, navegando en aguas ligeras, o volando muy por arriba de las ciudades. Cuando llega a mis ensueños, el reverendo añade elementos que transforman mis pesadillas en territorio de infiernos.<br />Nunca perdonó el hecho de que me ganara la vida levantando sombras. Contando las historias que guardan para calentarse un poco, a la orilla de las aguas turbias.<br />El silencio, no otra forma, me anuncia que el juicio está en curso.<br />Se me pedirán cuentas de mis acciones. Y mi castigo será terrible...Ramón de la Cruzhttp://www.blogger.com/profile/10364621966214671083noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-9009567.post-6366446156820466292009-01-26T11:46:00.000-08:002009-01-26T12:10:27.705-08:00La tempestad y el sueñoSueña con un cuadro enorme, instalado en una sala de dimensiones gigantescas. El lugar resplandece con miles de velas, que iluminan la exhibición de objetos inverosímiles, titánicos y sin relación con las dimensiones humanas.<br />Es la hora de cierre, o al menos eso es lo que le dice el vigilante.<br />Asiente, sin decir una sola palabra, y se entrega a la contemplación del cuadro. La escena se presenta móvil, cambiando constantemente. En el cuadro, puede observar una embarcación, que lucha contra una tempestad.<br />Las nubes negras rodean la embarcación, y desatan la fuerza de la tormenta.<br />Olas enormes chocan contra la madera, y amenazan con sumergir el frágil barquito.<br />En medio de la conmoción se ve a sí mismo, luchando con los remos y la vela, buscando preservar su vida.<br />Puede oler la sal del mar, sentir el frío viento y empaparse con la resaca.<br />El nudo en su estómago es indicio de miedo, y tiene ganas de llorar. El mundo se voltea de cabeza con cada nueva ola, y el mareo no le permite ubicar ningún punto de referencia. El cielo encapotado no permite ver las estrellas. Está perdido.<br />Desde el fondo del cuadro, algo empieza a crecer.<br />Desafiando a la tempestad, el reverendo Takata se aproxima al bote.<br />Camina entre las aguas bravas, y en su rostro no se adivina ni la más mínima señal de angustia.<br />Está ya junto al bote, y mira al navegante por un instante.<br />Abre su casaca, y de entre los pliegues saca una gigantesca ancla, que en seguida arroja al bote.<br />Éste se parte, y el navegante es tragado por las aguas.<br />Desde afuera, él puede verse a sí mismo hundiéndose.Ramón de la Cruzhttp://www.blogger.com/profile/10364621966214671083noreply@blogger.com1