Monday, May 11, 2009

En el descenso...

Poco sabemos qué fue lo que vió el reverendo Takata en su viaje al mundo de los espíritus.
Lo que es cierto es que después de eso, Takata fue refugiándose cada día más en la tierra de los sueños del hombre.
Algunos se aventuran a especular la clase de seres que habitan ahora en esas tierras. Dicen, pero sólo ellos sabrán, que los entes que pueblan tales tierras tienen hocicos como perros, y ladran y aúllan todo el tiempo.
Otros más descreen de tales invenciones.
Pero son incapaces de proponer una visión del mundo espiritual.
Hubo un loco, que murió en medio de la basura del mercado Martínez de la Torre, que gritaba que sólo él conocía lo que el reverendo había visto.
Día tras día, hasta su infausta muerte, el loco gritaba, pero nadie atinaba a detenerse para interrogarlo.
Sólo uno, casi en el día en que murió, tuvo el valor de preguntar que era lo que había en la tierra de los espíritus, y el loco, bajando la voz, le susurró:
"Cuando Takata llegó de la tierra espiritual, sólo dijo esto:
-Tierra baldía."

Tuesday, May 05, 2009

Dámocles

Se abolieron sus cadenas.
Así nada más, un día se cayeron. El agua que lo atormentaba simplemente quedó quieta.
Pudo saciar su hambre, y por primera vez, no pensó en el peligro arriba de su cabeza.
Asustado, volteó hacia los techos, y no vió la consabida hoja pendiente.
Fue saliendo poco a poco de sus prisiones milenarias.
Pudo moverse de nuevo entre los hombres, en un mundo que no comprendía.
El ruido, los olores, las cantidades de personas moviéndose, unas contra otras, fueron un nuevo tormento que no supo como enfrentar.
Ahora pasa los días encerrado.
Casi no come, y teme el contacto con el mundo exterior.
Extraña terriblemente la espada a punto de caer.